jueves, 12 de abril de 2012

Mi cajita feliz

El ir al fastfood es de lo más común en esta vida tan ajetreada. El rey de la comida rápida es por mucho el payaso homosexual de amarillo y rojo.
Mi relato paso hace ya varios años en uno de estos restaurantes del McDonals.
A mi madre nunca le ha gustado ir a comer a restaurantes, fondas, puestos, o algún otro establecimiento. No sé si por algún temor a pescar una infección o porque la señora tiene pelos en la axila o porque los parrilleros les escupen a la carne cuando se las regresan porque le falto cocción(me consta). Pero la idea es que a mi señora madre no le gusta comer fuera de la casa. Pero ese día, no recuerdo por qué, nos llevó a mis primos de como 8 o 10 años, a mi hermana y a mi.
Ya en el McDonals después de pedir mis tradicionales nuggets y cajitas felices para los mas pequeños, nos dispusimos a tomar asiento y comer de forma relajada.
Está por demás decir que los padres son muy inconscientes porque dejan ir a sus chamacos a subirse al tobogán que está en la sección infantil, con la boca atascada de hamburguesa y refresco. Ahí, por lo que recuerdo de mis años de niño, no se puede respirar bien porque está todo cerrado y los toboganes son de plástico grueso y hace un calor como en el mismo infierno. Luego como hay un chingo de escuincles totalmente desquiciados, como leones que viven enjaulados 35 años y un día los sacan, así, así están todos y aparte con la boca atiborrada de comida. Es una bomba de tiempo! Pero los padre prefieren desahacerse de sus diablillos un ratito, aunque sea chiquito, los dejan ahí chacoteando, brinco y brinco, salto y salto.
Continuo con mi relato. Mi madre ingenua ama de casa dejo ir a mis primos a los toboganes con el siguiente modus operandi. mordida Hamburguesa, refresco, brinco desesperado por irse, y emprender carrera. Así fue por varias veces, hasta que lo inevitable fue, pues si, inevitable.
En la parte más alta del tobogán, le dio un "revoltijo de panza" a un niño y pues arrojo la cajita, que seguro ya no estaba feliz. Una reacción en cadena, provoco el vómito colectivo. Los niños pueden ser muy latosos, pero nomas ven algo de vomito y todos a vomitar, como orquesta los imagino. Buuuuah, agggghh, buuuaggg, buuuuuaaaaaaahhhhhh.
El vómito estaba de a peso, y pues ahí encerrados seguro se siente mas gacho.
Yo me comía mis nuggets y escuché unos alaridos de niñitos que corrían con sus madres. Los que salieron limpios de la masacre en vómito. Pensé que seguro alguien se había caído y se había puesto en su madre o que ya se habían peleado o cualquier otra cosa, hasta que llega mi primo con mucha mesura (sin vomito) y algo asustado. Mi madre le preguntó alarmada "qué pasó? qué pasó?" y pues cono es natural, al querer contarnos el sucio suceso, su cajita que llevaba dentro y lo que había visto le hicieron una mala jugada y pues nos vomito ahí a medio restaurante. Mi madre no le quedó mas que jalarlo hacia nuestra mesa y soplarle en su frente.
Ni modo cada madre tomo a su vomitado hijo y con la pena borrándoles como destello de supersayayin tomaron todas las servilletas y les medio limpiaron lo que aun se podía limpiar.
Recomendación: si tiene hijos, déjenlos primero ir a jugar y ya después que coman. Entre tanto brinco y ajetreo seguro les pasa algo similar.
PD: ya ni les cuento la cara que puso el wey al que pusieron a limpiar. Yo hubiera renunciado en ese momento.

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